Foto de Gabino Guerrero
Zahaira Santa Cruz, baila, canta, hace teatro; egresada de la Licenciatura de Artes de la Universidad de Sonora, docente, investigadora y extraordinario ser humano.
Entrevista Hilda Valencia, Noviembre 2021
ZAHAIRA: Llego a la danza como una historia muy cliché. Literalmente desde chiquita quería bailar, dar shows, y se los daba a la familia. Curiosamente yo quería bailar flamenco, porque siendo una niña muy pequeña de 5 ó 6 años, no me acuerdo en qué canal de televisión, vi flamenco y dije, yo quiero eso. Era un día de halloween, estudiaba en una escuela bilingüe, mi mamá me hacía siempre mis vestuarios, buenos mis disfraces de halloween, muy lindos, muy bonitos; entonces le dije a mi mamá que quería bailar flamenco. Ella me hizo mi vestido de flamenco con olanes, peineta, bueno, yo me sentía feliz y bailaba como yo entendía el flamenco.
HV: ¿Ya tomabas clases de danza?
ZAHAIRA: No, no tomaba clases de nada, estaba muy pequeña. Fue hasta los 9 años, cuando una tía política, pero que ya es por siempre mi tía ANA, ella empezó a averiguar sobre escuelas de danza y encontró la academia pedagógica de danza de mi maestra Graciela Ortega y de quien siempre voy a estar muy agradecida, porque creo que es importante recordar a tu primer maestro, de hecho hace poco cambié mi semblanza y allí está ella primero, es una cuestión muy personal, es afecto y agradecimiento que le tengo. Porque fue mi primer acercamiento, mi primer contacto con la danza. Inicié con danza clásica, porque ella estudió pedagogía para la danza y así nos enseñó, después con el tiempo, allí en la academia conocí a David Barrón, sin saber quién era David Barrón, y nos empezó a dar clase por un tiempo. Él tenía una beca, ya entiendo más grande, me quedo más claro, era becario del FECAS, entonces.
HV: Era muy joven, no
ZAHAIRA: Muy joven, con sus rizos fabulosos, su cabello largo y se hacía sus colitas, le conocí muchos looks al Maestro. En fin, nos da un taller de danza contemporánea, y nos pone en la posición paralela, yo batallando siempre con en dehors, batallando con la rotación y entonces yo me decía, ¡no puede ser!, ¡esto no me gusta!, ¡no quiero! Estoy batallando con la rotación y llega este maestro y nos pone esto. No me gustaba la danza contemporánea. Después nos dio un taller a las mismas alumnas de Graciela de africano, y curiosamente eso me gustó, la soltura en general, la soltura de la pelvis y dije, ¿pero qué es esto? Y observo cómo el Maestro David colaboraba con la Maestra Graciela y se hacían coreografía neoclásicas, o sea coreografías en puntas, hacían converger la danza clásica con el contemporáneo y estilos del africano y me gustaba lo que creaba el Maestro. Entonces me empezó a llamar la atención. Además mi maestra Graciela nos obligaba a ir a los Desiertos par la Danza, nos becaba para que tomáramos las clases de ballet con el maestro Guillermo Maldonado, que venía cada año, y yo siempre estaba allí tomando mis clases.
Nos obligaba a ver todo lo que se estaba haciendo aquí y a asistir a todos los concursos de danza contemporánea, entonces allí empecé a entender. Y una vez que en un Desierto para la Danza, vimos una pieza de Antares y me gustó, y me sorprendió que me gustó.
HV: ¿Qué edad tenías?
ZAHAIRA. Una adolescente, 14 ó 15 años
HV: ¿Qué obra, te acuerdas?
ZAHAIRA: Tiro al blanco. Curiosamente, tiempo después, Antares hace una audición, ya estando yo en la universidad, y muchos de la UNISON, si no es que toda la licenciatura, hicimos audición para el remontaje de esa obra y me dije guau voy a bailar unas escenas de esta obra que me gustó.
HV: ¿por qué te sorprendió que te gustó?
ZAHAIRA: Llegué con un conflicto en mi mente a mi casa, preguntándome, ¿porqué me gustó?
HV: ¿Por qué te gustó?
ZAHAIRA: Cuando a mi me gusta algo, me sorprendo porque estoy viendo la obra y empiezan a crecer en mí las ganas de estar ahí, hacer esos movimientos o el personaje, hay algo que me jala, me identifica y pienso: ¡hay qué padre estar haciendo eso!. Eso es señal para mí, de eso que me gustó mucho y entonces ya empiezo a pensar el ¿por qué? Pero en ese tiempo, no sabía, por qué me gustó todo. Y me preguntaba. ¿Por qué? Sentí que comprendía de qué se estaba hablando y yo le daba mi interpretación personal. Me acuerdo clarito de ese día.
HV: ¿Y luego, qué te dio ese día?
ZAHAIRA: Pensar
HV: ¿Y entraste al montaje?
ZAHAIRA: Sí. Pasó tiempo. En la prepa estaba en un grupo de teatro y estaba por entrar a la carrera, y tenía dudas, no sabía si elegir, ¿teatro o danza? Y mi papá me dijo, “mira métete a danza, tú siempre has bailado, no puedes estar sin moverte, por lo que te veo. Prueba y si no es, pues te cambias, pero prueba primero”, me lo aconsejó mi papá. Súper lindo y fue el mejor consejo que me pudo haber dado y allí me quedé
HV: Entonces, tu primer acercamiento con el teatro, ¿cuándo fue?
ZAHAIRA: Uy, en la secundaria, con el Maestro Verú, Francisco Verú fue mi maestro de teatro. Y me encantaba porque se hacían concursos y yo era muy tímida, muy seria, pero a la hora de salir a hacer algún personaje o alguna escena, era el momento en que no tenía que ser yo, así sentía. Ok, aquí voy a sacar todos eso, AHHH, y luego era otra vez yo.
HV: ¿Eras muy tímida?
ZAHAIRA: Sí, casi no tenía amigos, solo algunos. Eso fue en la secundaria, después en la prepa, mi Maestra fue Beatriz Noriega.
HV: ¿Seguías con el ballet también?
ZAHAIRA: Me salí del ballet un año antes de entrar a la carrera. Finalmente entré a carrera y fui muy feliz, también tomé clases de canto, y pude tener esa cercanía con el entrenamiento vocal que nunca había tenido.
HV: El entrenamiento vocal ¿fue hasta la universidad?
ZAHAIRA: Sí
HV: ¿Era canto parte del programa de la licenciatura?
ZAHAIRA: Entrenamiento vocal y después clases de canto, teníamos que cantar. Antes cuando estaba muy chiquita, me acordé ahorita, mi mamá pintaba, estuve 7 años en clases de pintura y cuando ya llegué a la figura humana, tuve que tomar una decisión porque mis clases de ballet eran muy demandantes. Y dije, si quiero bailar, tengo que dedicar todo mi tiempo a eso.
Así también, cuando iba a mis clases de ballet, siempre pensaba que cuando terminara la prepa, iba a bailar, pero antes de entrar a la universidad, tuve el conflicto antes de entrar a la universidad, si era teatro o danza, porque también me gustaba el teatro, lo que había aprendido, de quienes habían sido mis maestros. Definitivamente me gusta mucho moverme, conocer diferentes disciplinas.
HV: Tu formación inicial en el ballet clásico y después decidirte por el contemporáneo. ¿Nunca te quedó pendiente pensar en hacer danza clásica?
ZAHAIRA. Siendo adolescente, cuando tenía 15 años, mí maestra Graciela habló con mamá y conmigo y nos dijo que ella me becaba mis estudios en clásico en Monterrey, que estaba en la edad para ingresar, es el tiempo cuando el cuerpo esta más maleable. Fue algo fuerte, primero me sorprendí de que yo tuviera esa posibilidad, después de estar siempre batallando con la rotación, era un sueño para mí, pero finalmente, también implicaba un cambio de vida, no era fácil decidir mandar a tu hija adolescente con quién sabe quién a Monterrey.
HV: ¿qué te causó?
ZAHAIRA: En ese momento… pues yo sentía también ese temor, de con quién voy a allá y qué hacer como familia. Ahorita siendo madre, entiendo el conflicto. Algunas familias a lo mejor tienen más facilidad de poder decidir, “está bien nos vamos un tiempo”, pero para nosotros, era el empleo de mi papá, el trabajo de mi mamá, la escuela de mis hermanos.
HV: Claro el cambio de vida para todos.
ZAHAIRA. Lo tomé con calma, comprendí. Me dije no importa, me voy a dedicar a la danza. Ya me estaba gustando la danza contemporánea también, estaba indagando un poco más en ello. Y ya no estaba tan enganchada con la danza clásica. Me costó trabajo en la carrera, en el primer semestre, pero después se va familiarizando el cuerpo, la mente, con todo lo que hay que aprender y desaprender para reaprender, porque si es diferente el manejo del cuerpo.
Me acuerdo de mi primera semana en la UNISON, y sí me dije, de aquí soy, y quiero llegar a hacer mis coreografías, experimentar en ello y bailar danza contemporánea.
HV: ¿Cuándo te descubres como coreógrafa o cómo es este proceso?
ZAHAIRA: Siempre estuvo esa inquietud, curiosamente, cuando estaba muy chiquita, me acuerdo, estando en clase de ballet hacía mis solitos para presentarlos en la semana cultural de la secundaria y sí me los revisaba mi maestra, alguna vez me apoyó eso. Era muy atrevida para ese tipo de cosas, a pesar de que era una niña muy tímida, con esas actividades era muy decidida, “mamá voy a hacer esto, qué me pongo”, y me hacía el vestuario. Ahora lo piensa uno más, planeas tus laboratorios, pero estando más pequeña, simplemente sucedía.
HV. La universidad ayuda a sistematizar el conocimiento.
ZAHAIRA: Ya estando en la carrera nos dan una materia que es “improvisación y composición”, y te dan herramientas para aprender un proceso de montaje o para vivir una experiencia de proceso de montaje, y colaboras con los compañeros de la generación.
HV: ¿Es obligatoria la materia de improvisación y composición?
ZAHAIRA: Es una materia que todos tienen que tomar, si estás en danza. Es muy rica.
HV: Siempre has tenido un vínculo con el teatro pero vivirlo en una perspectiva profesional, ¿fue hasta la universidad?
ZAHAIRA: Sí, Marcos González me invita a un montaje, la tragicomedia de Doña Rosita y Cristobita, de García Lorca, Los títeres de cachiporra”, y me enamoré del proyecto. Marcos dijo que iba cantar, me dije bueno, entonces estuve por un tiempo tomando clases particulares de canto, porque me decía, si, estoy en un proyecto donde me están pidiendo cantar, pues, hay que entrenar la voz de la mejor manera posible, digamos que en eso soy aventada, confío en que escucho y soy entonada, pero así como considerarme cantante, pues no. Ese fue un proyecto que me encantó, y fue muy bonito porque se trabajó tanto con estudiantes como con gente por egresar de teatro, de música y yo de danza; en ese proyecto estaba Glenda Landavazo, Osvaldo Sánchez, Juan Ángel. Se invitaba a las escuelas a ver el montaje en la Casa de la Cultura. 2003-2004
HV: ¡Ah! No era producción de la universidad de Sonora.
ZAHAIRA: No, la primera puesta en escena se hizo en Casa de la Cultura, después hubo remontaje de esa obra en la universidad. Nuestro montaje estaba muy lindo porque la idea era, como si fuéramos los personajes de teatro guiñol, entonces se usaban unas fermas de madera que entraban y salían donde no se nos veían los pies, había un reto de movimiento corporal de los personajes.
HV: ¡Qué bonito!
ZAHAIRA: Sí, era muy bonito. Me gustó más sinceramente, la versión de nosotros, ya sé que estoy hablando así como si fuera yo ya una abuelita, y que dijera… en mis tiempos. Y sí, es verdad, estuvo muy lindo el otro remontaje, pero con todo respeto a los que participaron, el nuestro fue increíble, la idea del teatro guiñol y las diferentes corporalidades en el primer montaje, estuvo muy linda.
HV: Significó algo muy importante para ti, esa experiencia.
ZAHAIRA: Sí, fue guau para mí.
HV: ¿Qué siguió?
ZAHAIRA: Después Marcos González me invita a formar parte del elenco de una revista musical que se llamó Alma hermosillense, que la presentamos durante dos años durante Las Fiestas del Pitic, creo que fue de esos proyectos que me parecen importantes, que se hagan y se apoyen.
HV: Pienso igual que tú, hay que rescatar el teatro de revista. Por ahí vi un video de ese montaje.
ZAHAIRA: Era muy padre, porque habla de la historia de Hermosillo, y fue de las cosas que más disfruté. Ahora sé que yo podía haber sacado más, con el tiempo, vas creciendo y uno dice, puede haber hecho esto con esta canción, puede haber jugado así con la otra rola, ahora me gustaría hacer esto otra vez, con lo que he aprendido. Estaría padrísimo que se remontara, ¡pero ya! Fue hace muchos años.
HV: Además era cuando se iniciaban las Fiestas del Pitic.
ZAHAIRA: Sí, fue en ese año, que participé con Antares en el Cerro de la Campana, muchos de la Uni participamos, fue la inauguración de Las Fiestas del Pitic, y también estaba en la Revista Musical Alma hermosillense.
HV: Después de esas experiencias, ¿volviste a dudar entre la danza el teatro?
ZAHAIRA: No. No es cierto Zahaira. Sí, lo dude alguna vez. Sucedió que me desconecté de la danza.
HV: ¿Por qué?
ZAHAIRA: Creo que es algo muy personal.
HV: Ok.
ZAHAIRA: Mmmm. También era que me invitaban más a proyectos teatrales y empecé también a pelearme con la danza. Sí, es personal. Yo quería espacio para entrenarme y no había los suficientes… el recurso estaba limitado, económicamente hablando. Y el problema era dónde entrenar, eso fue después de que me salí de La Lágrima. Siempre he de reconocer y agradecer que viví experiencias muy bellas y mucho crecimiento profesional y creativo con Adriana Castaños en La Lágrima.
HV: ¿Por qué decides salirte de La Lágrima?
ZAHAIRA: Decido salirme porque voy a Chicago a hacer una audición para una maestría en coreografía y quedo, pero no me quiero quedar. Y mucha gente así me lo dijo “que tonta eres, debiste haberte quedado”, !PUES NO QUISE¡ Ese año que decidí no quedarme, me acuerdo porque, fuimos a México, estaba en La Lágrima, fue mi ultimo año, y nos tocó bailar en Bellas Artes, y mucha gente dice, pues es un teatro como cualquiera, es un foro y se respeta, y sí, es cierto todo foro se respeta, bailar en la calle es un excelente foro también.
HV: ¿Qué presentaron?
ZAHAIRA: Mujeres de Adriana Castaños. Me gustó mucho, de esas coreografías que disfrutas desde adentro, que algo vibra, algo pasa con la danza que me pone muy nerviosa y al mismo tiempo lo disfruto. Bailamos en Bellas Artes y sucede que, Claudia Carrillo va con una obra de David Barrón, que se llama Alergia, misma que salió ganadora del concurso, en ese año. Es importante acotar que cada año, cambian los premios, y en esta emisión, premiaban dos interpretaciones: dos femeninas y dos masculinos. Claudia y yo nos llevamos los femeninos, y fue una sorpresa para todo Sonora. También Jesús Maldonado se llevó el premio de iluminación en la coreografía de David Barrón y Lenin Peña música original con la coreografía de Barrón.
Bueno, el caso es que estábamos todos muy contentos, me dije qué bueno que vine a bailar aquí y que no me quedé en Chicago. Lo bueno es que hice una amiga, con la que sigo en contacto y en algún momento llegó la pandemia cuando ya nos íbamos a reunir, ella está en Corea, tiene su estudio de danza allá y tenemos un grupo de varios bailarines o que nos dedicamos a la danza del mundo, que ella fue conociendo. Tenemos el proyecto de que si no hacemos algo virtual, organizarnos para hacer algo en Corea. Con ella ha sido un vínculo muy fuerte, porque te estoy hablando del año de 2007 y seguimos en contacto.
HV: ¿Cómo se llama?
ZAHAIRA: Young Sun Lee. Y ella sí terminó, la conocí la semana que estuve en la audición, fue una experiencia muy linda, no precisamente en Chicago, es la universidad de illinoins en Urbana Champange. Ese es el vínculo importante.
HV: ¿Ella sí terminó?
ZAHAIRA: Sí. Ella se estuvo comunicando conmigo todo su proceso y me decía, “que bueno que estás allá, que estás feliz, que tomaste esa decisión”, batalló mucho por problemas de racismo. Yo no podía creer eso.
HV: ¿Cómo fue?
ZAHAIRA: Para su examen final tenían que buscar y gestionar sus espacios para presentar su trabajo final y batalló por problemas de racismo.
HV: Qué terrible. Estamos hablando del “primer mundo”, de una maestría y de una colega becada. Va a hacer un trabajo especializado, se lo ha ganado, la han aceptado en la universidad.
ZAHAIRA: Una chica muy disciplinada, muy trabajadora, muy creativa, pero… bueno
HV: Es una tristeza.
ZAHAIRA: La verdad sí, pero salió a delante. La necedad hace que uno realice lo que se propone.
HV: Su convicción, no llegó allí, por ser coreana, mexicana, vietnamita, africana, iba por la danza, que es un lenguaje universal, lengua que le pertenece a la humanidad, es una aberración que existan esas diferencias, cuando no tienen nada que ver con la creación.
ZAHAIRA: Era muy triste. Nos enviábamos correos y se desahogaba, le agradezco mucho esa confianza y mi admiración para ella siempre. Ella lo sabe. Nos seguimos en instagram.
HV: Qué bueno. Algo tendrá que suceder entre ustedes.
ZAHAIRA: Ya le dije que tenemos algo que hacer, así tengamos 100 años, nos vamos a ver en persona y hacer algo. Y como te decía, cuando estábamos a punto de concretar algo, llegó la pandemia.
HV: Madurará esa parte, Zaha. Los encuentros con seres afines, el trabajo en equipo, decisión de pertenencia a un grupo, crear un laboratorio de investigación creativa, como el que tienes; es lo que da sentido a nuestro quehacer artístico. Siempre has sido gente de grupo, de proyectos. Has colaborado en proyectos como en La Lágrima, en Antares…
ZAHAIRA: En Antares estuvimos varios compañeros solo como invitados.
HV: Pero con La Lagrima, sí.
ZAHAIRA: Sí, era bailarina de La Lágrima.
HV: Lo recuerdo muy bien, ese maravilloso Cascanueces, que se extraña y se extrañará siempre.
ZAHAIRA: !Oh!, sí
HV: Era un acontecimiento en la Ciudad de Hermosillo, era formativo para todos, para la universidad, para La Lágrima, para el público. Formar esos nuevos públicos, de familias enteras, es gran logro. Pero volviendo a Zahaira, siempre ha sido una impronta en tu creación, el trabajo de grupo. Recuerdo que trabajaste con Abigail Núñez.
ZAHAIRA: Ajá, en Vorte 6, también con David Barrón, sigo con Margarita Danza Aquí
HV: ¿Cómo surge esta necesidad de crear tu propio grupo? Aunque es entendible porque eres muy inquieta, has desarrollado un cúmulo de habilidades y trabajado arduamente, en la pedagogía, como bailarina y coreógrafa, en la investigación del cuerpo y los órganos, el canto, el teatro. Hay un mundo de búsqueda y exploración para ti, entonces la pregunta sería ¿qué ha sido para ti BiAtch danza lab?
ZAHAIRA: Es un espacio al que en algún momento me voy dedicar,… no sé si solo eso, porque bueno ya lo dije y no. En sentido de no estar involucrada en otros proyectos pero llegó la oportunidad de estar en un proyecto dirigido por Andrés Carreño y sinceramente dije: “Andrés Carreño”, sí, vamos. No puedo decir que solo me voy a consagrar a BiAtch danza lab, pero es un espacio para explorar las inquietudes no solamente mías, sino de los que somos parte en cada proyecto. Bueno generalmente cuando tengo una inquietud, la comparto, como en caso de trabajar con Tiffany en Bravía, a quien le comento mi inquietud y hablamos de todo lo que podemos hacer. Ahora estoy trabajando con otra inquietud que es la identidad del individuo y también tocamos el tema de la identidad de género y ¿qué es para cada una el lado femenino, y el lado masculino?, entonces BiAtch danza lab es un espacio para explorar y para experimentar con lo que vamos extrayendo de todas las exploraciones. Con esos ingredientes hacer nuestros…
HV: Brebajes.
ZAHAIRA: Sí. De pronto me digo, por qué me meto en esto, pero creo que también es una necesidad de comunicar, de decir a un público, esta es una visión que tenemos y queremos compartirla con el público, si le suena, que bueno y si no sucedió, algo por ahí hizo ruido. Primero era simplemente explorar con trazos en el primer trabajo, que fue con 4 actores, dos de ellos con experiencia de entrenamiento corporal en danza. La metí a un concurso estatal de danza con el objetivo de tener un espacio y un equipo de iluminación, sorpresivamente la obra quedó seleccionada para pasar al concurso regional, donde ganamos la mejor iluminación. Lo que agradezco mucho, porque fue un proceso que lo hice divirtiéndonos el equipo, increíble encontrar que sí se puede trabajar en equipo. Y después exploro con los órganos, sigo en ese canal en ese tiempo y viene Black silver, una coreografía que siguió vigente, incluso cuando trabajé con Víctor en el Colectivo Alterado. Y ahora estoy trabajando con chicos recién egresados y otros están por egresar de la UNISON. Tiempo atrás ya se había acercado gente de la licenciatura en danza que tienen que realizar sus prácticas. Afortunadamente BiAtch danza tiene una plataforma para todos lo que quieran hacer sus prácticas profesionales. Lo que estoy haciendo también, es generando un repertorio de obras para que sus prácticas consistan en hacer una práctica profesional y tengan la experiencia de vivir un montaje, entrenamiento, etc.
HV: Es tu proyecto, no es de la UNISON.
ZAHAIRA: Sí, es mío, de BiAtch danza lab. Resumiendo, está ese espacio, luego las obras de las personas más grandes, que queremos seguir bailando.
HV: ¿Es presencial?
ZAHAIRA: Es presencial.
HV: ¿Desde cuándo están trabajando?
ZAHAIRA: Desde este verano, en julio. Ha tenido sus etapas por la pandemia, porque estaba involucrada en Des Cierto Cabaretito, entonces había que conciliar los tiempos de todos, pero ahí vamos armando.
HV: Algo que ha sido interesante en lo que te conozco, es que hay un punto donde has podido conjuntar el teatro y la danza, pero ya no por ser invitada en una obra de teatro o en una coreografía. Te lo digo por Bravía, la obra en su estreno enLas Lunas de Urano, partiste de un texto dramático de Shakespeare y con tu visión como coreógrafa y un trabajo de gran complicidad con Tiffany. Esa primera Bravía, es muy teatral, el espectáculo es danza y se ven todos los recursos de la coreografía en el movimiento, la concepción, pero al final es teatral. ¿Compártenos cómo fue el proceso? Y la otra pregunta es sobre la Bravía, atravesada por la pandemia que se presentó en IBAKTIA, en la reactivación de espacios, yo vi otra Bravía. Esencialmente la misma, pero con una madurez y una carga, que evidentemente la da el tiempo, pero pienso que al ser cruzada por la muerte y el encierro de COVID19, el miedo de contagiarse, morir solo, el empleo, etc., al final del túnel cada uno sabe sus miedos. Pero esa otra Bravía, al ser cruzada por la pandemia, tenía otra mirada de esas mujeres viviendo un doble encierro. Lo que ha sucedido en la historia de la humanidad, es que se encierra a los contagiados, no a la población sana para no ser contagiada.
ZAHAIRA: Como las películas de zombies.
HV: Claro. En que puedes ser tocado, sin saber que la muerte está a tu lado. En ese tu proceso con la danza y ahora que estás con Cabaretito, además Cabaretito, y uno piensa en Tito. Volviendo a Zahaira, otra vez el trabajo de una bailarina, que es actriz, canta, pedagoga; siempre el reto, pero en Bravía es peculiar, no porque tus otras coreografías no tengan contenido, siempre hay algo que tienes que decir en el escenario. A mí me sorprendió la parte dramática tan fuerte y esta transformación nuevamente. ¿Cuál fue la experiencia y el proceso?
ZAHAIRA: Primero, no hay Bravía, si no hay Tiffany, empezando por ahí, porque no hay Bravía, sino hay complicidad, el trabajo en equipo, las conversaciones permanentes entre ella y yo. Claro, el detonador fue la obra de La fierecilla domada, de Shakespeare, extraer los diálogos de Catalina. Tenemos un guión con todos los textos de Catalina, y vemos transformar su manera de expresarse, hasta que finalmente fue domada, tenemos ante nosotras una mujer sumisa. Bueno para no entrar en esa parte, ella estuvo encerrada por el esposo, entonces fue ponernos en ese lugar.
HV: Podemos hablar de una primera y segunda Bravía.
ZAHAIRA: Sí. Empezamos a ensayar en el estudio de la Uni, espacio que nos han prestado siempre para poder llevar a cabo nuestros proyectos. En esa primera etapa el proceso fue ponernos más en físico, nos encerrábamos en el estudio, siento que fue más por ahí. Luego, apenas habíamos estrenado la obra y teníamos la idea de llevarla a otros espacios y de crecerla, cuando llega la pandemia.
HV: Y luego se presentan nuevamente en IBAKTIA, reactivación de espacios independientes en Casa Andamios.
ZAHAIRA: Sí, llega IBAKTIA y tenemos estos cuerpos con peso de más para una bailarina, con stress, con muchas preocupaciones y ocupaciones como mujeres, como madres. Ahora que mencionaste la muerte, pues sí, piensas que no quieres morirte de tal cual forma, pero de volada yo pienso que no quiero dejar a mi hijo sin su madre, yo soy una hija huérfana de madre, y creo que no hay edad para que sientas que no te haga falta, pero eso es otra cosa.
Realmente vivimos encerradas, si bien no en una situación como la de Catalina, con una pareja violenta, afortunadamente no así, pero en un confinamiento por la salud y con mucho miedo de salir y hasta del aire que respires, todo se vuelve peligroso. Cuidar como animal a la cría, que no le pase nada, para que sobreviva la especie.
Entonces nos reunimos Tiffany y yo, nos hacemos un guión. Esta obra particularmente me ha empujado, me ha orillado a escribir, no para publicar, sino escribir para nosotras. Tenemos nuestro texto, para tener claridad en las escenas y aún así, hay que crecer la obra. Hay ajustes que le quiero hacer, tengo ganas de proyectar detalles que suceden, que no se ven; aunque no pudimos incorporarlos en esas funciones, la única novedad es que nos vestimos en escena.
HV: ¿Qué detalles?
ZAHAIRA: Vamos a seguir trabajando, y no me quiero quedar con la espinita de esa mujer peinándose en el espejo, sus ojos, sus manos, cortar el tomate, esa cercanía del detalle, bueno eso queda pendiente. Eso surgió a partir de la transformación de nuestros cuerpos en pandemia, registrar qué sucede en ellos, quiero que se vea la lonjita, estas marcas en un cuerpo imperfecto. Me acuerdo que yo sí entré en conflicto, pero dije aquí estamos. Y me acuerdo que Tiffany, me dijo, “mira Zaha este cuerpo somos y vamos a bailar con estas chichotas y estas nalgotas, yo ya me hice a la idea, me dijo, y con esta panza, esto es Bravía, me dijo, quieres ver a una mujer decadente, aquí está”.
HV: Sabiduría poderosa la de Tiffany.
ZAHAIRA: Me quedé con la boca abierta, dije gracias, va, venga. Así fue, nos dio otra cosa, otro peso, otra carga y nos volvimos más cómplices que antes.
HV: Eso era muy poderoso.
ZAHAIRA: Ya habíamos vivido un encierro, Tiffany ya había pasado por un proceso de ver por su salud. Ya teníamos lágrimas de más. Así llegamos a la escena. Digo, hay que seguir trabajando, seguir puliendo. Creo que sobre todo la segunda función de esta temporada en IBAKTIA, me acuerdo que igual Tiffany la mencionó y me dijo, “esta es Bravía”, me dijo, “la sentí”, le dije, yo también. Entonces de aquí para adelante.
HV: En la experiencia de haber visto todas las Bravías hasta ahorita, en esencia ahí, pero lo que acabas de decir, la decadencia, esta mujer en el abandono, abandonada y cediendo a todo, es terrible. Además ver el escenario de púas, es estrujante, sin embrago a pesar de que sus cuerpos son cuerpos entrenados, y que podrían saltar, pero no lo hacen, porque no hay el impulso desde el deseo, eso era doloroso. Y la primera Bravía cierto preciosismo, era muy bella, no porque esta no lo sea, no quiero decir eso. No podría decir qué ajustes hicieron en la forma, pero…
ZAHAIRA: Sí, hicimos ajustes, pero si teníamos los cuerpos entrenados en lo cotidiano y para Bravía.
HV: Eso se ve, y como espectador siente la impotencia, de por qué no lo hace, ves que puede saltar un poco más, puede salir, escaparse, volar, eso volar. Inclusive la reacción del público, era en un tono suspendido. Y se agradece muchísimo.
ZAHAIRA: Gracias.
HV: Y tu experiencia ahora, aunque seguimos en pandemia, estás en nuevo proyecto, con todo tu potencial como actriz, cantante, bailarina. ¿Cuál ha sido tu experiencia íntima al regresar al teatro, al cabaret?
ZAHAIRA: Antes de pasar a esto, hay algo que quisiera decir, referente a mis acercamientos al teatro. Como que no lo quise mencionar porque tú me estás entrevistando y es contigo, pero voy a dejar a un lado a Hilda que me hace la entrevista y quiero hablar de Hilda, la que ha sido mi directora y maestra. Tomé un curso de dirección contigo.
HV: Sí. Presentamos Los olvidados en las Fiesta del Pitic en la Casa Hoffer.
ZAHAIRA: Muy bueno, sí. Pero quiero hablar del equipo que se hizo para La isla de los esclavos, esa obra me marca y me hace preguntarme otra vez, si opto por el teatro y pensé en la posibilidad de hacer teatro físico. Era el tiempo en que estaba enojada con la danza. También influyó que había una ausencia de espacios y sin saber qué hacer para resolverlo. Era una cosa muy personal. Pero esa experiencia para mí, fue encontrar un camino, encontrarme en la escena y disfrutar, disfruté mucho. Pude sonar raro porque eres tú, pero estoy dejando de verdad a un lado el cariño que le tengo a Hilda.
HV: Quiéreme
ZAHAIRA: En esa experiencia, me enamoré del montaje, del proceso, de ver el equipo integrado y del personaje, super divertido, lo volvería a hacer.
HV: Gracias Zaha, también es importante para mí. Ahora, cuéntanos de Des Cierto Cabaretito.
ZAHAIRA: Gracias a la invitación a La Cachimba Teatro, he podido tener una experiencia con Andrés Carreño; ver sus obras y seguir sus redes sociales, es muy padre, soy su fan, pero ahora tenerlo en persona y con el maravilloso vestuario y la escenografía de Mauricio Ascencio, se vuelve todo mágico. Además de que al ser nuestro espacio de funciones el Carromato de la Cachimba, y con la escenografía del montaje, nos siento como muñequitos. Ha sido un proceso arduo, porque fueron muchas horas de ensayos diarios, como tiene que ser.
HV: ¿Cómo fue el proceso de trabajo en la puesta en escena?
ZAHAIRA: ¿Mi proceso?
HV: Sí, tu proceso.
ZAHAIRA: Ah, sí. Muy interesante, muy bonito. Era integrar el trabajo corporal con el texto y con canciones, y formar un equipo. Ser parte de un nuevo equipo, eso fue lo rico; reencontrarme con Glenda, trabajar con Daniel Borbón, con Carlos Valencia, ha sido toda una grata experiencia, son vueltas a la vida y la vida siempre enseñándote nuevas lecciones. Ellos fueron mis alumnos y compartir la escena teatral ha sido muy rico, en danza no me sorprende, ya lo había vivido. Pero ahora en teatro; ha sido muy bonito ver la preparación; ponía yo mucha atención a eso; el movimiento, el cuerpo, a veces lo comentaba con ellos. Escuchar a Glenda cómo se ponía de acuerdo con los músicos, tener a los músicos siempre en los ensayos, la música en vivo y ponerte de acuerdo con ellos, es un regalo.
HV: ¿Cuánto tiempo de ensayos han tenido?
ZAHAIRA: El proceso fue, entre comillas, rápido: dos meses; empezamos en zoom, son de las cosas que uno rescata, las facilidades de la tecnología, pero yo ya quería, por favor, en presencial. Hubo ejercicios muy enriquecedores de parte de Andrés Carreño, que además nos dejaba nuestras tareas, y desde ahí el compromiso con el trabajo. Divertirse también era parte del proceso, aunque había cosas que podrían ser difíciles, pero finalmente gozarlo es parte de la construcción del personaje. Ha sido un proceso de mucho aprendizaje, porque ya que empiezan a caer más ideas, todo se vuelve más sólido, porque va una cosa tras otra, surgen propuestas que nos entusiasman; ahora montamos esto, y ahora montamos aquello… así tenía que ser.
HV: ¿Cómo ha sido trabajar con David Barrón en Des Cierto Cabaretito?
ZAHAIRA: Trabajar con el maestro David Barrón, no como mi director en la compañía de danza, en la que participo con él, sino ahora como nuestro coreógrafo y director en la parte dancística, en la parte corporal. Ha sido muy disfrutable.
Todo ha sido muy disfrutable, conocer a los músicos, que yo los veía en escena y que ahora ya estoy ahí y que puedo platicar con ellos y pedirles si por favor le pueden bajar al ritmo porque después de dar un salto ya me agité… y hay que entrar con la canción tal. Aunque no es pesado, pero sí es estar alerta y es otra vez esta exposición al público, en los diferentes espacios abiertos: en un parque, o en la calle; y escucharles, y estar también en la escucha (esa es mi tarea personal) y calmar el acelere que tengo.
HV: Roberto Corella es autor y también participa como actor, ¿cómo ha sido el encuentro con Andrés Carreño como director?
ZAHAIRA: Ha sido bastante enriquecedor, vivir cómo se fue transformando el texto. Yo no había trabajado tampoco con el maestro Roberto Corella. Iniciamos el trabajo con Andrés Carreño, vía zoom, y luego llega a Hermosillo, para trabajar de manera presencial. Andrés se dedica al cabaret y también hace cabaret para niños, entonces hubo que adecuar el texto a la especialidad del director, y estar muy alertas y aprender de ese proceso. Se tuvieron que hacer ajustes al texto, y también se tomaron en cuenta nuestros ejercicios de improvisación como aportaciones para la construcción de los personajes. Personalmente me parece que me quedo con la tarea de crecer el personaje, porque apenas va a empezar la temporada. Esto ya arrancó pero creo yo que viene lo mejor, o así lo quiero ver.
HV: Sí, era importante este primer acercamiento con el público. Saber qué tanto de lo que estás haciendo realmente funciona, y qué no, el ritmo, la relación de inmediatez que demanda el cabaret frente al público.
ZAHAIRA: Sí, y me siento muy agradecida por la generosidad y la apertura de Andrés, su paciencia, generosidad, apertura, y guía también. Trabajar con él, era un inquietud que yo tenía y la oportunidad se hizo realidad. De hecho lo voy a extrañar. Pero es muy importante todo el equipo que se ha conformado para la puesta en escena, ahora hay que sacarle jugo y estar pendientes de todo. En lo referente al texto, todos los cambios había que escribirlos en el momento, en vivo y en directo, Dettmar hacía esa parte de manera inmediata para que todo el equipo lo checará y hacer los ajustes necesarios. Dettmar es muy movido, muy atento, y en todo está, el equipo se siente muy apoyado por sus aportaciones, por su colaboración, o sea, hay un equipo.
HV: Sí, es un esfuerzo tremendo, porque además tuvieron seis semanas para hacer todo, y con todas las vicisitudes del texto y demás; porque no es un texto cabaretoso. Sé que ahí están las aportaciones de cada uno, y que harán crecer la obra.
Para finalmente ir hacia un cierre, dime de tus proyectos.
ZAHAIRA: Estoy en la dirección de una nueva pieza coreográfica… es una colaboración con lo que sale de las exploraciones de los bailarines, aun en construcción. Queremos hacer esta Bravía cargada, Bravía decadente, y queremos hacer la proyección de las Catalinas frente al espejo peinándose, detalles del rostro y el cuerpo. Es muy loco, parece que tiene mucho tiempo presentándose, pero en realidad han sido tres funciones en presencial y una en video en la muestra de danza, material que se grabó en el estreno, y gracias a ese registro de Andamios que hizo Osmar Reyes, que lo mencioné, le di su crédito, que no quede duda. Nosotras queremos llevarla a otros públicos, no solo el de Hermosillo, abrirla a otros públicos fuera de nuestro ámbito.
La quisimos sacar, pero no quedamos en una convocatoria en España, pero estamos buscando otras, y esperando respuesta de otras convocatorias. Lo que queremos es volver a presentarla ya con estas novedades, con estos ajustes que creo le pueden aportar a la obra y también a que el público la reciba de una manera más digerible, no que la suavice, sino en un diálogo de emociones, pensamientos e imágenes.
HV: Para otros públicos, lo comparto plenamente. En el primer semestre de 2021, abrimos una convocatoria de cuentos, narraciones para niños, niñas, jóvenes del Cerro de la Campana y otras de memorias con las abuelas de la comunidad de La Matanza. Te lo mencionó porque es la vida de esas valientes mujeres, y pienso que tendrían que saber que no están solas y asumir lo que les queda de vida y tratar de ser felices. Bravía es una obra que, de verdad, se puede hacer en cualquier lado. Es mi impresión.
ZAHAIRA: Gracias, maestra, sí. Eso es lo que deseamos y sobre lo que queremos trabajar. Y también traemos en mente otro proyecto, donde queremos hacer una colaboración Tiffany y yo, con aportaciones de cada una, en una colaboración coreográfica.
HV: ¿Ustedes dos?
ZAHAIRA: Nosotras dos, y posiblemente se integren otras brujas más.
HV: Está bien. Las brujas siempre serán bienvenidas.
ZAHAIRA: Sí, seguimos con esa parte fémina, de la figura de la mujer.
HV: Siempre es el momento de empoderarnos, de queremos, de alzar la voz y decir lo que deseamos, gritar el dolor, cuestionar y convocar el sentido de la vida.
ZAHAIRA: Sí, yo feliz con mi padre, con mi pareja y mi niño, que me dice “soy niño, pero tengo el pelo largo y tengo una voz de niña a lo mejor, pero soy niño”. Pero no importa. Ya le han dicho “mira, parece niña”; no se enoja pero ya me comentó una vez. Y le digo “pero es que voz de niña o de niño es lo mismo; tienen una voz muy similar”. Tiene su pelo hasta acá y él es feliz con su pelo largo.
HV: Y qué bueno que no va a la escuela, porque un día se lo van a cortar.
ZAHAIRA: En esa primaria no. Es lo primero que vi, me acuerdo. Vi un chico de sexto de primaria con una cola así como la que yo traigo.
HV: Pues qué bueno que lo respeten.
ZAHAIRA: Y que se cepille el cabello.
HV: Parece que tuvimos un diálogo un tanto tocadas por Ionesco, pero no, porque hablábamos de empoderarnos, alzar la voz y luchar por lo que queremos, y nuestras convicciones se expresan en el escenario y el cotidiano, sin doble moral.
Pero bueno, volviendo a los proyectos, ¿cómo cierras el año?
ZAHAIRA: Estoy en Margarita Danza Aquí, tendremos una temporada de la obra Veleidad de David Barrón. Seguir entrenando para seguir bailando.
HV: Pues muy bien.
ZAHAIRA: Y las temporadas de Des Cierto Cabaretito con la Cachimba Teatro, en lo que resta del año y el siguiente.
HV: ¿Cuántas funciones tienen que dar?
ZAHAIRA: Veinte.
HV: Alguna texto de Bravía que recuerdes, o una reflexión, con lo que quisieras cerrar la entrevista.
ZAHAIRA: Primero agradezco estos espacios donde podemos conocernos más, donde podemos hacer “zoom” a la persona con quien dialogamos. Me parece necesario compartirnos de esta manera también, no solamente a través de las obras artísticas, sino conocer al humano, finalmente eso somos, seres humanos compartiendo nuestro sentir, pensar, hacer.
Mi deseo es que el gremio artístico de Sonora, dejemos de creer en “fronteras” heredadas. Hoy más que nunca, se abren espacios para todas las artes; también emergen nuevos creadores, permitamos que crezca, reconozcamos la importancia de la labor de otros artistas.
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ana isabel campillo
Zahaira, extraordinaria artista escénica, multidisciplinar y excelente en todo lo que hace. Pocas personas con ese don para el trabajo escénico. Que sigan los proyectos y los logros.